9.1.08

Hombre refranero, maricón y pilonero

Hacer callar es saber mandar. Me deja estupefacto, pero estupefacto de cojones además, el silencio que se ha hecho de la suspensión del rally raid Dakar. Este año desde Lisboa, otros desde Malaga, Madrid, Barcelona, y frecuentemente desde París, pero siempre hasta Dakar.
Resulta que, como imagino que sabrá la turba lectora, ha bastado una amenaza de Al Qaeda para que toda la organización temblase como si fuésemos una Confederación de Islotes del Pacífico Central a la que Estados Unidos se le pone enfrente.
No me quiero ni imaginar que hubiese sido la Rusia de Putin la que dijese "mucho ojito que como paséis por mi territorio a lo mejor no volvéis a casita", los informes globales de medio mundo se rasgarían las vestiduras por la desgracia que la diosa Democracia sufre en los moscús y las siberias. Y además, algo me dice que los europeos forzaríamos la situación para que un malévolo eslavo no nos impida desarrollar nuestras costumbres ancestrales.

Hete aquí, para sorpresa de los cielos, que la amenaza de Al Qaeda a la emblemática prueba del motor ha producido en cuestión de horas el alzamiento del pañuelito blanco desde el norte del Estrecho. ¿Los más dolidos? Los gobiernos africanos de países por los que discurre la carrera, que han intentado una solución para que sus territorios no se vean privados de los importantes ingresos que genera el espectáculo lisboadakariano. ¿Los más cobardes? Los Estados europeos, así como los promotores privados del certamen, que prefieren dar imagen de no querer molestar a los bravucones medievales encabezados por Osama Bin Laden. Más seguros nos sentiríamos si, ante la atrevida amenaza islamista, se hubiese respondido con seriedad.
¿Qué es seriedad? Seriedad es mandar por delante de la caravana del rally a unos amables mercenarios que, por la cuenta que les trae para su negocio, irían acondicionando debidamente el terreno para que no hubiese ningún contratiempo contra los corredores, ni contra los seguidores, ni contra nadie.
Y si se lo piden y se lo pagan, y estoy pensando en un puñado de albanokosovares o ex-soviéticos, esa gente estaría dispuesta hasta a limpiar de matorrales las dunas para hacer más fácil a nuestro Carlitos Sainz alzarse con la victoria en Senegal. ¿Por qué? Porque viven de cumplir lo que se les pide. Porque son gente seria.
Y es que hombre probo y recio, no tiene precio.

1 Comments:

At 11:15 p. m., Blogger Unknown said...

Bordado

 

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