14.1.08

¡Menudo fascista el Papa!

Si no existiesen los medios rebeldes al estado de no-pensar, también llamado bienestar, no sé si alguien se enteraría de la gravedad de las pocas cosas que se sacan en claro de un millón de hojas de entrevista de Pedro José Ramírez, alias el Veleidoso, a José Luis Rodríguez Zapatero, también llamado la-demagogia-como-forma-de-vida.
Pues va a resultar ahora que, con dos ecuatorianos muertos en la terminal famosa de Barajas el treinta de diciembre de dos mil y seis, resulta que mientras el caballero de la Z nos decía que por haber asesinado una banda asesina -¡tamaño acontecimiento!- se rompía todo el proceso de paz.... Seguían los encuentros. Ahora bien, mucho ojo a la altura dialéctica de nuestro desgobernador en jefe, porque a la pregunta del director del diario El Mundo -otrora nuestro periódico- de por qué estos encuentros no seguían siendo "conversaciones políticas", responde el nieto de su abuelo que porque "eran simples conversaciones que respondían a instancias internacionales y mis propias convicciones morales".

Y lo peor del día no es eso, oh no, porque la noticia más escandalosa, rechazable, repugnante, deleznable y asquerosa de este fin de semana la protagoniza Benedicto XVI. ¡Qué poco talante democrático! ¡Qué asco de Pontifex Summum! ¡Qué descaro de faro del Cristianismo!
¿No va el tío y oficia la misa del Bautismo de Jesús de espaldas a la feligresía? ¿No va el muy fascista y oficia en latín porque le salió de las santísimas -o casi- narices en julio aprobar un decreto para poder oficiar misa en latín?

La pena, la grandísima lástima, es que el diario global paisino nos miente, como es costumbre. Miente deliberadamente y falsea, no sé si por desconocimiento o desfachatez, por obviar al lector que el latín es -siempre ha sido- lengua oficial de la Iglesia católica y que el Papa no ofició de espaldas a la feligresía, sino que oró en una ocasión mirando al gran Crucifijo del Juicio final que decora la pared de la Capilla Sixtina, mirando al mismo lugar que los fieles allí presentes. Era este el rito tridentino existente hasta el Concilio vaticano II, no el actual, como bien indica la información, pero no ofició de este modo Su Santidad.
Y si así lo hubiese hecho, ¿qué problema habría? ¿Iba a sancionarlo el Ministerio de turno? ¿O tal vez el problema es que no haya misado en catalán?