14.12.06

Another way of life...

Pues resulta que en Barcelona hay okupas. Eso sí, son buenos chavales, algo así como "los chicos de la gasolina", como bautizó Arzalluz a la kale borroka, con la que comparten aficiones (también les van los cócteles) y tendencias políticas.

La Truquillo, inquirida por el tema del incremento de la presencia okupa en Barcelona (Barna, ciudad moderna, alternativa y progresista, donde todo tipo de elementos antisistema tienen cabida) se limitó a quitar hierro al asunto, muy en la línea de la progresía tolerante con lo radical (siempre que ese radicalismo esté del lado "bueno"), afirmando que estos jóvenes simplemente tienen "otro estilo de vida".
Sí, el del terrorismo callejero y el quebranto sistemático de las normas sociales.

Que una sociedad tenga que lidiar con cierto número de descerebrados, es inevitable. Que los descerebrados cuenten con apoyo entre los representantes del pueblo, es inadmisible. Como los okupas son amiguitos de ERC e ICV, pues el PRISOE no está autorizado a indignarse ante las hazañas de estos terroristas de bolsillo, no vaya a ser que se queden sin aliados, ahora que con tanto sacrificio han conseguido reeditar el tripartido y perpetuarse en el poder.
Por tanto, la Nación Catalana es un paraíso de los antisistema, y si a ciento cincuenta individuos se les ocurre atrincherarse en unas naves industriales delante de las narices de la policía, pues la policía (perdón, los Mossos d´Esquadra) no hará nada por evitarlo. Si el principal equipo de la ciudad (sin desmerecer al Espanyol) se proclama campeón de Europa, pues los okupas salen de fiesta, mezclados con los aficionados culés, y rompen escaparates e incendian contenedores. Cada manifestación es una oportunidad para practicar sus aficiones: lapidación del policía, piromanía urbana, destrucción de mobiliario público, y un largo etcétera.
En fin, ya les dijimos que era otro estilo de vida, hay que entender a los chiquillos.

Más allá de la tolerancia mostrada ante estos movimientos, ya de por sí incomprensible, resulta que el gobierno autonómico (todavía, y con matices, "autonómico") de Cataluña se hace eco de sus pretensiones y aprueba una ley en virtud de la cual podrán ser expropiadas las viviendas que lleven dos años desocupadas y cuyos propietarios hayan rechazado alquilarlas. El acabose.
Y yo que pensaba que los Estados occidentales modernos se basaban en el reconocimiento y la garantía de una serie de derechos inviolables entre los que la propiedad privada ocupaba un lugar preeminente... Ignorante de mí.
Resulta que usted se compra una vivienda y, como en dos años no se haya pasado por allí, pues se la quitan. Por especulador. Por malnacido. Menudo descaro, pagar un inmueble honradamente, con el sudor de su frente, y pretender conservarlo. ¿Habrase visto semejante desfachatez? Así no se contruye el futuro de una sociedad plural y tolerante, oiga.

En fin, que ya sabíamos a qué atenernos con estos personajes, pero, aún así, nunca dejarán de fascinarnos. (Aunque igual el hecho de que el consejero de Vivienda catalán sea comunista nos daba ya una pista de por dónde irían los tiros...).
Los tripartitos también tienen, y tendrán por cuatro años más (si Montilla-Nocilla "el chico de los dos millones de euros" aguanta) their own way of life.

4.12.06

Estáis enfermos, pero os queremos




En pleno mes navideño, que uno vive con tal mezcla de tensión y deseo que ni es capaz de concentrarse en las apasionantes clases de, pongamos, Internacional Público. Y es que resulta inhumano dilucidar las formas de manifestar el consentimiento de que dispone un Estado dependiendo de las clases de tratado multilateral en proceso de elaboración, cuando se ha de escoger qué regalos pedir a Santa Claus (antes los americanismos que los gabachismos) de entre la infinidad que el catálogo de Juguettos y el de Toys'R'Us nos ofrece a los infantes de Occidente.

Con estas y otras vitales dudas, salía yo a las diez y media de la mañana de los brazos de Morfeo (me pongo cursi para contrarrestar la estupidez del material que vilipendiaré a continuación), horario digno de universitario decente, para disponerme a disfrutar de un frugal desayuno. Calzadas mis pantuflas y puesta la bata, dispúseme a tomar el colacao hojeando nuestro periódico, el de Pedro Jota, el de los españoles.

Alegre porque el Madrid "acecha", feliz porque Chávez sigue siendo presidente en jefe, entusiasmado porque Pepiño Blanco dice que las cosas del PP son "una chorrada" (sic) y otro sinfín de sentimientos acordes a este tiempo preludio de alcoholes y dineros.

Llego, en la sección "Nacional" ("España" en la versión digital, ¡qué fachuzos!) a una noticia que me impresiona por haber tardado tanto en producirse, y es que las juventudes de Convergencia Democrática de Cataluña declaran que Cataluña no es España (¡cáspita, recórcholis, ¡qué originalidad!). Expresa el artículo, leído con el mismo asco que se leen las críticas a Capello, que de la aprobación por las Cortes "de Madrid" del Estatuto catalán se extrae que los mesetarios reconocemos a los superhombres catalanes su esencia nacional, y que por tanto no es su comunidad autónoma parte del Estado opresor, o al menos lo es de manera ilegítima.
Pues ya me tardaban los nacionalistas en aprovechar el patinazo del torpe Presidente por accidente (brillante epíteto para Zapatero salida del ingenio de Luis María Anson). Estaba empezando a creer que los carroñeros al servicio del odio a lo español tenían el olfato irremisiblemente dañado.

Pero esto no es todo, de hecho apenas es nada. No se puede tildar de extremadamente discordante con los caminos de la política española en los dos últimos años. Sin duda, ERC-Maresme ha sido más hilarante (y ofensiva, pero es éste un adjetivo inherente a la formación republicano-catalanista) la frase "en el sorteo de la Lotería de Navidad, que se celebrará en Madrid, capital del país vecino". ¿Qué pensarán vascos y aragoneses de que ERC llame a Madrid país vecino? Demasiado diplomático les ha quedado.

Y ya en finalizando el copioso almuerzo, acercándose la hora de partir hacia clase, ya llega el descojone, el despelote, la juerga y el alborozo. Todo junto, todo gracias a ti, Anxo Quintana. Que resulta que el BNG, que además de para verter mentiras contra el PP y críticas a Núñez Feijoo, ha usado su asamblea del pasado fin de semana para proponer (agárrense los machos, abrochen los cinturones): aplicar un "huso horario gallego".
Me he acercado a la página web de la versión galaica de ERC y no encuentro nada, pero en El Mundo citan que este cambio tendría como única finalidad adecuar la hora natural gallega a la hora real, suponiendo un consiguiente ahorro energético según los sheriffs del benegá.
Espero que no se haya activado en ninguno de vosotros la maliciosa idea de que este cambio es una soberana estupidez, uno de estos brindis al sol de los separatismos para romper con todo lo carpetovetónico. Anda que no provocaría problemas no tener la misma hora que el resto de España, y toda Europa central, en el día a día.
Pero bueno, si hay que andar con las manos y ver la televisión con los ojos cerrados porque el nacionalismo así nos lo marca, bienvenido mister Quintana.

Si es que ya dio Ricardo Sáenz de Ynestrillas el diagnóstico: «Estáis enfermos y, a pesar de todo, os queremos por españoles.»
Como el hijo pródigo, un día el padre recibirá a aquel hijo alocado que no quiso seguir su consejo. Y recibirá sin rencor como buen padre a aquel que se portó como un mal hijo.