16.10.06

No me seas Pedrosa, querido Baltasar

Corrían las dos y siete minutos del mediodía cuando un diminuto error a punto estuvo de volcarme el desayuno en este domingo otoñal. El pequeño Dani Pedrosa cometía un inexplicable error en una curva sin mayores complicaciones, y su motocicleta se deslizaba por los suelos arrasando al propio piloto español y a otro americano, un tal Hayden de allá de Kentucky.
Hace unos jueves, exactamente el 28 de septiembre, dos funcionarios de la Policía Científica eran citados en la Audiencia Nacional. Imputados por un delito de falsificación, ya que habían realizado un informe que sus superiores le habían ordenado. ¡Desde luego! Vaya fascistas.

Pasaban las horas, y no precisamente en poca medida, y hasta bien entrada la madrugada ambos peritos policiales seguían lidiando con el juez estrella y la fiscal que susurraba a los lacayos, véanse Baltasar Garzón y Olga Sánchez.
Resulta que a Garzón, que en una de sus habituales patadas procesales ni siquiera tenía jurisdicción sobre el presunto delito que pretendía ofrecer a El País, le apetecía que los peritos le dijesen que realmente no existía conexión entre ETA y el ácido bórico cuando habían encontrado 1,3265 kilogramos en un piso de la banda terrorista vasca.

Pues bien, vamos a hacer aquí ejercicio de profetas y vamos a avisar al tocayo de Gracián, aunque para el juez de la oronda figura lo mal instruido, si alargado hasta altas horas de la madrugada y con amenazas, dos veces malo. Corría el año 2006 (que diría don César Vidal), cuando Daniel Pedrosa, en un intento precipitado por alcanzar a Valentino Rossi y así ayudar a su compañero Nicky Hayden de cara a las puntuaciones ya en la penúltima prueba del Mundial de MotoGP, cayó de su moto en una maniobra un tanto infantil llevándose por delante además a su jefe de filas y acabando así, muy probablemente, con las aspiraciones de título de éste.
Así las cosas, que tenga cuidado el canoso togado, porque si anda tan nervioso y haciendo las cosas fuera de los tiempos que marca la legislación, va a acabar consiguiendo que la mayoría silenciosa empiece a dar más y más crédito a esas pruebas que los conspiradores llaman conspirativas. Y eso no lo quieres, ¿verdad Baltasar?

Que no extrañe a nadie por ejemplo, que en recientes encuestas realizadas (o al menos publicadas) por medios del grupo Prisa un poderosísimo 40% tenía dudas respecto a la relación entre el fundamentalismo vasco y la matanza del 11-M. Y mucho cuidado, porque desde sectores que intentan defender la tesis del PSOE se empiezan a cometer deslices que dan más relumbrón y mayor cobertura (por descarte) a los descubrimientos que desde El Mundo, Libertad Digital y la Cope nos llegan a los que queremo saber desde hace más de dos años.

Cuidadito garzones y garzonesas, porque no quedan ni dos años para la batalla electoral. No vaya a ser que por vuestros esfuerzos en tapar la verdad acabéis dejando al aire los puntos negros de la investigación oficial.

12.10.06

Involución

A pesar de la arraigada creencia de que lo que España vivió en la Segunda República fue un período de prosperidad democrática lamentablemente truncado por el ansia de poder de unos cuantos militares renegados, aquella fue, innegablemente, una época de permanente crispación y conflicto, que de democrática sólo tenía la fachada (no conozco ninguna democracia digna de ese título en la que se profieran impunemente, como sucedió por aquel entonces, amenazas de muerte desde los escaños parlamentarios contra otros diputados).
Hoy, España puede presumir de estar atravesando el período más largo de su historia en lo que a paz social y respeto a las libertades se refiere...¿o no?

Los sucesos acaecidos hace dos días en Martorell no son una sorpresa para casi nadie. Desde la subida al poder de ZP (y aún más: desde un año antes de las pasadas elecciones generales) la atmósfera política se encuentra en un estado de permanente tensión. El fenómeno del odio a España, alentado por ciertos medios y gobiernos autonómicos y tolerado por el ejecutivo, es una bola de nieve cuyo único obstáculo visible es un partido (el mayor en cuanto a base social) hoy vilipendiado y perseguido por quienes se hacen llamar defensores de la libertad, que son los que pintan las paredes, queman sedes y tiran piedras (eso sí, combaten el fascismo).

La reciente agresión a Acebes, las que tuvieron lugar el 13-M, los ataques constantes a las sedes del PP, los insultos y amenazas que diariamente sufren sus dirigentes y militantes... Una persecución política en toda regla, síntoma inequívoco de la involución democrática en la que este país está sumergido (en todos los ámbitos posibles) de un tiempo a esta parte.
Las actitudes guerracivilistas de este gobierno no hacen sino crispar los ánimos y lanzar a los radicales contra los demócratas de centro-derecha, convertidos en "los malos de la película, los herederos del franquismo, los fascistas que quieren una Catalunya y una Euskal Herria oprimidas por el Estado Español".

Cada día esto se me parece más a aquella insólita segunda experiencia republicana: un gobierno inestable y sin programa definido salido de unas circunstancias especiales, victorioso por un escasísimo margen, enfrentado radicalmente con el principal partido de la oposición, incapaz de pactar sus medidas, que se ve obligado a buscar apoyos en la extrema izquierda separatista, ante la que cede cada vez más para no perder el poder; un Estado que amenaza ruina, cada vez más desprestigiado internacionalmente y rendido ante los radicalismos más violentos; un irracional espíritu anticonservador, de odio a las instituciones tradicionalmente vinculadas con este sector de la sociedad, una oleada de ataques a los líderes y locales de cierto(s) partido(s), una profunda división social... Con frecuencia, y en especial en estos días (como en aquellos), se tacha de alarmista a la derecha cuando se levanta públicamente contra estos retrocesos democráticos.

No se es un reaccionario por decir la verdad, y existen datos objetivos e indiscutibles (la excusa esta vez ha sido el brutal ataque del otro día) que nos señalan que el proceso de involución está más avanzado de lo que muchos quieren creer. Sentido común, señores gobernantes; no excluyan sistemáticamente a un partido casi tan votado como el suyo de la toma de decisiones, no fomenten el odio contra este, y no envíen a sus juventudes a linchar a los dirigentes rivales...

Por cierto, que entre las tímidas manifestaciones de condena al ataque sufrido por Acebes y Piqué, cabe destacar (y río por no llorar) las del siempre sorprendente Carod Rovira, quien desempolvó la careta del victimismo para afirmar (eso sí, en voz baja) que él tampoco puede pasear tranquilo por Madrid. Ya, claro.